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Rivadeneira Prada, Raúl

Domingo 27 de marzo de 2016, por Tatiana Alvarado Teodorika

D. Raúl Rivadeneira, miembro de número de la ABL

Nació en Sucre, capital de Bolivia, en 1940.

Ingresó en la Academia Boliviana de la Lengua el 26 de septiembre de 1985 con el discurso “Lenguaje y era audiovisual”. La respuesta estuvo a cargo de D. Rodolfo Salamanca Lafuente. En varias ocasiones cumplió distintas funciones en el Directorio de la corporación: De 1986 a 1989 fue prosecretario; secretario, de 1990 a 1993; vicedirector de 1997 a 2003; y director, de 2005 a 2011. Ocupa la silla “F” y es académico correspondiente de las academias de la lengua española de Filipinas y de la norteamericana. También es miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, habiendo ingresado el 17 de marzo de 2004 con la tesis “La comunicación del hecho científico”.

Abogado, escritor y periodista. Realizó estudios de especialización en periodismo en el Instituto Konrad Adenauer (Alemania, de 1965 a 1966). Su experiencia docente es como sigue: Profesor de Ciencias de la Comunicación en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (Guadalajara), y Asesor académico en la Universidad Autónoma de Baja California (Tijuana, de 1974 a 1977); además, ejerció como catedrático de la Universidad Mayor de San Andrés (de 1979 a 1980). En la Universidad Católica Boliviana fue profesor de Introducción al derecho (de 1990 a 1995); profesor de Periodismo, opinión pública y comunicación (de 1981 a 2009), y cumplió labores de director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación (de 1993 a 1998).

Fue director de Presencia (de 1998 a 1999) y subdirector del mismo diario (de 1987 a 1989); cumpliendo labores de redactor y corrector de estilo (respectivamente, de 1962 a 1965; y de 1980 a 1987). También fundó y fue y director del suplemento literario “Arte y cultura” del matutino Primera Plana (de 1991 a 1997).

Tiene treinta libros publicados sobre comunicación y periodismo, crítica y estimación literaria; cuentos, lexicografía y lingüística. Ha escrito también centenares de ensayos y artículos publicados en Presencia, Última Hora y Primera Plana.

Entre sus premios y distinciones se cuentan los siguientes: Premio del Club de La Paz a la Cultura (2012); Reconocimiento a la dedicación y años de servicio conferido por el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la UCB (2001); Diploma al mérito intelectual conferido por el Círculo de Escritores de Venezuela (1999); Premio Nacional de Periodismo otorgado por la Fundación Manuel Vicente Ballivián (1999); y el Premio Nacional de Investigación y Docencia otorgado por el Colegio Nacional de Profesionales en Comunicación (Santa Cruz, 1994).

Leer una disertación de Raúl Rivadeneira Prada (Homenaje a J. Quirós)
Leer una disertación de Raúl Rivadeneira Prada (Presencia permanente de Cervantes y el Quijote en Bolivia)
Leer el discurso de ingreso de Raúl Rivadeneira Prada

Su partida dejó un gran vació en la Institución. Pedro Shimose le dedica estas líneas, tras su partida:

Réquiem por Raúl Rivadeneira Prada

Pedro Shimose

Un amigo ha muerto fulminado por un aneurisma estomacal. Raúl Rivadeneira Prada (Sucre, 07.05.1940 – La Paz, 18.05.2017), católico de rigurosa ortodoxia y cumplida liturgia, periodista intachable, abogado distinguido, profesor respetado, académico brillante y ciudadano ejemplar. Defensor de la libertad de prensa, luchador intransigente por los derechos humanos, vivió unos años exiliado en México, en cuya capital publicó dos libros sobre teoría de la comunicación: Periodismo y La opinión pública, que ya van por la vigesimoquinta edición.
Con Carlos Coello (+), Mario Frías Infante y Carlos Castañón Barrientos, Raúl integró el núcleo de lexicógrafos bolivianos que contribuyó a incorporar 2.809 bolivianismos en la última edición del Diccionario de la Real Academia Española. Publicó 30 libros, la mayoría sobre teoría de la comunicación, seis sobre lexicografía y otros seis sobre crítica literaria: Rulfo en llamas, 1980 / El teatro de evocación de Guillermo Francovich, 1989 / El grano en la espiga, 1997 / Troja literaria, 2002 / Escritores en su tinta, 2009 / y La escritura inaugural de Mario Vargas Llosa, 2012. Su libro testimonial sobre el Teatro Experimental Universitario de la UMSA /La Paz (Historia del TEU, 1999) merece mención especial por su aporte a la historia del teatro boliviano que empezó a escribir Mario T. Soria y que otros seguirán escribiendo.
Ahora que lamento su muerte, quiero reivindicar su faceta de escritor y crítico literario. Fue uno de los narradores más notables de mi generación y un excelente crítico literario, discípulo de Juan Quirós, maestro de la crítica periodística del siglo XX. Raúl publicó seis libros de crítica literaria y cuatro de relatos: El tiempo de lo cotidiano (1987), Colección de vigilias (1992), Tiempo de ficción (2007) y El saxofonista y su perro cantor (2013). Su trayectoria como periodista, lexicógrafo y profesor universitario relegó injustamente su obra literaria a un segundo plano.
Nos conocimos en 1959, en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UMSA / La Paz. Fuimos compañeros de curso y compartimos clases de filosofía y letras en la misma universidad hasta que, en 1961, abandoné definitivamente mis estudios de Derecho y me dediqué al periodismo. En el recién fundado diario católico Presencia (1960) nos volvimos a encontrar como reporteros y, desde entonces, nuestra amistad no hizo sino crecer en el tiempo y la distancia, a pesar de mi largo destierro. Su muerte me ha vuelto a recordar que, como dijo el poeta, “nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar / que es el morir”. Mis condolencias a Carmen, su esposa, y a sus hijos Raúl, Celia y Catalina, que le dieron esas alegrías que dignifican y le dan sentido a la existencia. Descansa en paz, amigo.

Madrid, 26.05.2017.

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